29 de agosto de 2012

Águilas

'El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura.Si lo desea...'

¡Pum!.Miles, cientos, millones, y trillones de sueños rotos.Destrozados echos pedazos, esparcidos ahora por el suelo, en forma de pequeños cristales de una pantalla de móvil, que representan momentos históricos, y míticos, que jamás volveran.


Al otro lado.Él.Un águila, iluminado por la luna llena, que hoy cubre la ciudad.Pocos han sabido apreciar el valor de su sonrisa, es más, pocos han llegado a verla.Únicamente, podían llegar a ver, un amago de ella, escondida entre el Marlboro que siempre llega entre los labios.Y muy de vez en cuando, con una cerveza, acompasada. 
Ahora ni si quiera hay resto de sonrisa, ni de su amago.Únicamente el humo del cigarro, que entre calada y calada se lleva preocupaciones mientras jura mirándo al cielo, preguntándose el por qué de cosas que jamás nadie entenderá.Podrán darte miles de consejos, cientos de explicaciones, pero la mente humana, va por encima de todos ellos, dónde viajan las estrellas, está ella, sin un confidente ni nadie a quien explicarle que es lo que le está pasando, a excepción de la persona con la que comparte estrechamente 24 horas al día.

Está sentado en un banco.Con el móvil en el suelo, destrozado, igual que él.Con las manos en la cabeza, y las lágrimas a punto de caer.Jurando en verso, en prosa, en arameo, en cualquier idioma, resumiendo todo a las simples, sencillas y entendibles palabras que susurran en su cabeza:
'Ya está.Bueno no, ella ya no está.Y por mucho que lo intentes, 
por muchos intentos que hayas hecho en mejorar las cosas, en arreglar las cosas que hacías mal, ya no sirve, de nada.No sirvió y ahora ya no sirve.Y te das cuenta, de que el invierno está a la vuelta de la esquina.Y que ya no tienes con quien compartir el colchón de tu habitación.Podrás compartirlo con tres o cuatro tías, rubias, morenas, altas o bajas.Pero seguirá resonando en tu memoria, ese: -Ya no está.-Y es cierto, ya no está.Aunque ahora mismo serías capaz de cruzar a nado el océano para evadirte de la realidad, e intentar buscar su reflejo, y el recuerdo de su cara enfadada en el reflejo de las olas.Y sólo te viene a la mente, frases de algún escritor famoso, de origen Italiano, que parece un entendido del amor, el que nunca has valorado, y ni siquiera te habias molestado en leer, a no ser ese pequeño fragmento, que ella te habia enseñado alguna vez:Y resoplas todo el tiempo. Y querrías liberarte como sea. De cualquier forma. De la más simple, de la más cobarde, sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: «Ella no está». Ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú. Desaparecer.'

Y esa es la razón, que le hace salir corriendo, en mitad de una calle medio abandonada, a merced de la luz de la luna, de las estrellas a las que algún día pidió un deseo, en busca, de ese lugar que tantas veces le ha cobijado, cuando se sentía solo, y los problemas le superaban.Ese lugar, dónde el ruido de los coches se hacen presente al chocar con el asfalto, donde la gente cuelga candados, el aire y la vida cotidiana se funden con el agua del río, que en el fondo acumula cientos y cientos de llaves y de sueños.El puente.Su puente.El puente de su ciudad, que tantas veces había parado a observar, por el sentimiento de paz que le transmitia, y que en estos momentos, necesitaba, añoraba, y por supuesto deseaba.


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