27 de diciembre de 2010

Y nuestro cuerpo, es el único método a través del cual podemos prever futuros cambios.Sí, lo sé suena raro, pero así es.Quizá sea culpa de esas proteínas receptivas que están en nuestras células que se encargan de captar  los estímulos producidos en el exterior para comenzar a hacer sus modificaciones internas que desencadenan en el anabolismo o cualquier otro proceso extraño, lejano para mentes no preparadas científicamente.
Sea como sea, nuestro propio cuerpo nos avisa de que se va a producir un gran cambio para nosotros, uno de esos cambios que te cambian la vida.
Todo comienza como un día normal, no hay nada especial en él, ni tampoco aparece en tu cuerpo escrito ningún letrero que ponga: ¡Eh, atenta! nada de eso, son unas pequeñas sensaciones, tan pequeñas que no somos capaces de captar por aquello de que pasamos por alto las pequeñas cosas , pero que con el tiempo te das cuenta de que son las culpables de ese gran cambio.
Esas pequeñas cosas, aparecen en los libros que tenemos sujetamos entre las manos, esos libros que nadie nos ha obligado a leer, pero que ellos mismos nos obligan a terminar lo más rápido posible.Esos libros, están repletos de frases, que sin saber muy bien por qué se cuelan en tu mente, se deslizan por tu mano hasta algún bolígrafo y quedan plasmadas en tu agenda, en la pared de tu habitación, en cualquier papel que caiga en tus manos...frases como:

Aún no sé quien eres, pero tengo ganas de tí.

Frases que te hacen pensar, que no sabes por qué, están ahí, y han aparecido.Y por más que quieras no se borran.Frases que tras un tiempo quedan ahí, perdidas, porque no las recuerdas.
Y es entonces, cuándo lo entiendes todo.Cuándo entre un centenar de personas, en una fila desastrosamente ordenada, lo vés.Y tu corazón da un vuelco,como si te pusiesen boca abajo.No sabes porqué pero no puedes dejar de mirar.Te escondes entre las cabezas, buscando un mínimo resquicio por el que poder mirarlo sin ser descubierta.Y es entonces, cuando tu mirada se cruza con la suya.Y crees ver, que su espléndida sonrisa deja de dibujarse, para poner una cara de sorpresa, de esas que todo el mundo ponemos cuándo encontramos lo que estamos buscando.Y en ese momento no se te ocurre otra cosa, más que tirar todo lo que tienes en las manos, para buscar una escusa y tirarte de cabeza al suelo para evitar lo inevitable : que vea que le estabas mirando.
Cuando recuperas el control de tú vida, y recoges todo lo que has tirado, te levantas.Y vuelves a la carga, pero no lo encuentras.Tus pasos se pierden entre la gente, levantas la cabeza hasta alturas indeterminadas, pero ni un rastro de él.Tu sonrisa se desvanece.Pero de nuevo esa sensación, esa sensación de que el puto mundo se para, que todo va a cámara lenta, esa sensación de que no existe la aceleración...Una extraña sensación, estas mirando en la dirección equivocada.Y gracias a una mano inocente, culpa del caprichoso destino, se vuelve.Exacto, allí está, justo detrás de tí.
Y es entonces cuando sabes que todo va a cambiar, cuando por fín le encuentras sentido a esa frase que lleva tres meses metida en tu cabeza.Y sabes que a pesar de que desconoces su nombre, que no tienes ni puta idea de los años que tiene, y que ni si quiera sabes si te estaba mirando, o estaba mirando a una idiota que estaba haciéndole una radiografía a conciencia, sabes que nada va a ser lo mismo.Que las cosas han cambiado, que algo nuevo se ha activado, que la felicidad te ha encontrado, y descubres que ese camino, es el comienzo de uno nuevo.
Ese momento queda marcado en tu cabeza,el momento,el principio de ese camino, aunque halla durado tres segundos y medio, parece que ha durado años.
Y si creías que aún tenias alguna esperanza para escapar, cuándo te susurra su nombre mientras te da dos besos, te parece el nombre más divertido, inteligente, culto y atractivo del mundo, aunque no hallas entendido una puta mierda de lo que te acaba de decir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario