2 de diciembre de 2010

La lluvía cae de forma precisa sobre el cristal de mi balcón.Me acurruco en la esquina más cercana al radiador, hace frío,cojo aquella manta de cuadros, aquella que más de una vez ha soportado mis lágrimas, mis sollozos, los gritos, las sonrisas... la misma que ocultó una historia de amor, aquella que nos protegió del frío y ocultó y protegió nuestro amor durante algún tiempo.La misma que ahora cubre mi cuerpo frío.
Mi cabeza se apoya sobre el respaldo del sofá sin ninguna ayuda.Cojo con cuidado esa taza de café que he dejado sobre la mesa de cristal, esperando a que los posos del café se evaporasen en forma de felicidad y me inundasen por completo, por una vez en mi vida.La sostengo sobre mis dedos fríos.Está demasiado caliente,pero eso ahora no es importante.Teniendo en cuenta que el ambiente fuera de estas cuatro paredes es bajo cero, y que dentro de ellas no sobrepasa los dos grados positivos.Acerco mi cara a la taza, sintiendo como el humo que sale de ella hinunda todos mis sentidos.Mis ojos se empañan, quizá no sea culpa del vapor, sino de las lagrimas.Mi olfato supersticioso, recuerda ese aroma de forma incandescente.
Ese olor me transporta a un universo paralelo, como el de la dimension número 27 que según la teoria de cuerdas existe.El ruido que las gotas de lluvia hacen sobre la persinana del balcón, consigue que ese ambiente termine de ser el escaparate perfecto para que mis recuerdos se agolpen de manera fantástica sobre esas cuatro paredes que actualmente rodean mi vida.
Me transporta a unos miles de kilometros de aquí, a otra estación del año, dónde la lluvía ocupaba lugares insospechados, a otro tiempo, unos meses atrás, con otras compañias, sin la soledad.
Recuerdo aquella sensación que me hacia levantar de la cama a las siete de la mañana, sin ningun tipo de esfuerzo, y sin necesidad de un despertado que me recordase que debía despertar.También recuerdo esa sonrísa que se me antojaba delante del espejo cuándo pensaba en lo que me esperaba el día.
También tengo gravado dentro de la memoria de mi olfato ese olor a tortitas recien echas.Tambien recuerdo con gran nitidez el sonido que hacían los niños al corretear por la moqueta de la casa.Recuerdo sus sonrisas inocentes.Y recuerdo la sonrísa de aquella madre, cuando le contaba mis problemas, e incluso cuando lloré junto a ella, debido a tu pacto de silencio en contra de mi corazón.
Recuerdo aquel camino que siempre soliamos recorrer.Esos quince minutos en coche que se me hacian eternos.Recuerdo aquella carretera en la que aparecia un cartel en el que ponia "Manchester", también recuerdo el aparcamiento de ese supermercado repleto de coches familiares.También recuerdo los camiones de bomberos que conseguian hacer gritar al más pequeño de la familia.Recuerdo con gran nitidez la sensación que tenía al abrir la puerta trasera del coche.La sensación que inundaba mi cuerpo  cuando cruzaba aquella puerta, y me sentaba hasta que te veía aparecer.También recuerdo la sonrisa que aparecia sobre mi faz cuando entrabas por aquella puerta y me dedicabas una de tus primeras sonrisas del día.
Recuerdo las bromas que solias hacerme, cuando solias incordiarme para que te pusiese en aprietos y tu con un poco de suerte, consiguieses salir de ellos sin mi ayuda.Recuerdo como hablabas inglés.Me sentia orgullosa de tí.De averte conocido, de tenerte para mí.Mi cabeza todavía recuerda esa voz que nos anunciaba que llegaba la hora del recreo.Recuerdo como el sol iluminaba mi pelo, y tu sonrisa.Aquella gasolinera, con su café, y mi café.Yo, su principal fan.Ese café que olía como el que ahora mismo estoy intentando tomar.Te recuerdo allí sentado, comiendo un sandwich de dos pisos, recuerdo esa mancha de mahonesa que se te quedaba en la comisura de los labios.Tambien recuerdo lo bien que sabia.Recuerdo lo feliz que era a tu lado.Recuerdo esas sonrisas que me dedicabas.Esos minutos de silencio que conseguian hacerme enloquecer.Todavía soy consciente de aquel día en el que te enfadaste con el mundo.Aquel dia que no me dirigias ni si quiera una palabra, aquel día en el que yo pensé que el final se acercaba.El mismo día en el que te acercaste a mi pidiendome perdón, diciendome que no soportabas estar con gente cuando te sentias mal.Que aquello llegaba a su fin, y no era lo que realmente deseabas.Que querias que aquello durase mas.Recuerdo aquel beso en la montaña rusa, a cientos de kilometros del suelo, a poca distancia de las estrellas.Recuerdo cuando me defendias de la gente.Cuando les decias que yo te pertenecia.Recuerdo aquel día en Nueva York, junto a la lluvia.Recuerdo los besos que nos dimos aquel día.Y recuerdo tu afición por hacerme sonreír en un día de lluvia.Recuerdo tus celos, aquellos que nos hicieron tener nuestra primera discursión.Todavía tengo en la memoria ese día en el que caminamos los dos abrazados de la mano de un niño pequeño.Recuerdo tus besos.Recuerdo todas las noches que soñé con encontrar alguien como tú.Recuerdo nuestras bromas, nuestro juego de dos.Recuerdo nuestra relación ,como aquella que siempre quise tener.Como dos amigos, que se querian a matar.Recuerdo aquel abrazo bajo los fuegos artificiales.Aquellas personas que pasaban por nuestro lado, diciendo que jamás habian visto una pareja como la nuestra.Recuerdo cada una de tus sonrisas, como si las tuviese mecanografiadas en la memoria.Recuerdo aquel día en el que pusiste un fin indeterminado.Te recuerdo mojado bajo la lluvia.Recuerdo aquel beso que me ofreciste, aquel beso que no ponía un final a nuestra historia.Te recuerdo en el avión abrazado a mí.Recuerdo nuestros ultimos minutos juntos.Te recuerdo a tí en barajas, y te recuerdo a tí subiendo aquellas escaleras mecánicas con las maletas en la mano, te recuerdo ausente, lejano , superior... te recuerdo como el mejor recuerdo de mi vida.Recuerdo con gran nitidez aquel movimiento uniforme que te alejaba de mí para siempre.


Sigo soñando que lo nuestro tiene algún remedio.Sigo soñando con que volverás.Sigo sosteniendo tu fotografía entre mis manos.Y sigo soñando con las manchas de tu piel.Como podría olvidarme de tí, si un simple olor a café, y unas cuantas gotas de lluvia, me transportan de nuevo a nuestra historia.

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