Sé que me queda mucho por delante, pero por alguna parte debería empezar…sí, será mejor que empiece ya.No voy a hacer un grafiti que ponga “Tu y yo a tres metros sobre el cielo”, pero sí, puedo empezar por escribir en el espejo: “He vuelto a por ti, ya no nos separa nada, sólo unas cuantas calles.Voy a encontrarte."
Una mesa, maletas junto a ella.Y una conversación interesante, si, bastante interesante.
Cristina deja de beber el café, y lleva una marca de la espuma en la comisura de los labios.
-Mamá,dime que no es cierto,por favor.
-Tu verás…pregúntaselo a él, pregúntaselo a él.-Dice Martina mientras me da un codazo.
Yo sonrio y asiento.
-Si…lamento decepcionarte Cristina, pero es así, esa es mi verdad.
Cristina tiene lágrimas en los ojos.No entiendo muy bien porque últimamente hago llorar a las mujeres, es una historia sin más.Nada especial en ello.No somos artistas famosos, ni nuestra historia pasará a la historia...es una historia más, de esas en las que hay un enamorado/a y un desaparecido/a.Martina, le ha contado toda mi historia a su hija, de arriba a abajo, como me conoció, como comencé a contarle mi vida, sin pausa y sin prisa...y también le contó el porqué de mi estancia a miles de metros del suelo, en un avión, que iba a Nueva York, no sé que tiene de interesante esta historia...el caso esque Cristina está llorando.
-Mi madre tiene razón…eres increíble.-sonrie.
Yo me sonrojo.De verdad, estoy planteándome en escribir una historia sobre esto ¿eh?Igual así cause un efecto Moccia…ya no se llama efecto mariposa, ahora se llama efecto Moccia.Dios, ahora que lo pienso, ese tio es acojonante, ha conseguido que media Italia y medio mundo, escriba cosas en los puentes, pongan candados en los puentes, y consigan creer en el amor, en una palabra A-C-O-J-O-N-A-N-T-E.Pero de verdad eh, de la buena, de esa…¿Qué coño estoy diciendo? Parezco un niño pequeño, volvamos al tema.Quizá, si escribo un libro con nuestra historia, la gente lo compre.La gente escriba nuestras frases en el cielo, en la arena en cualquier parte…y por curiosidades de la vida, y porque ella adoraba leer, caigan en sus manos, y decida buscarme.Eso si que es una película, y no mi historia.Pero bueno, es una opción…si veo que llego a la edad de jubilación y sigue sin aparecer…Alguien rompe mis pensamientos.
-¿Christian? ¿Sigues vivo?-pregunta Martina.
-Ay perdón, soy un desastre…me he puesto a pensar, y se me ha ido el santo al cielo.Perdonadme, de verdad.-estoy realmente arrepentido.
-Bueno, ¿y qué piensas hacer aquí en Nueva York?¿Tienes trabajo,has alquilado algún piso?-pregunta Cristina.
Vale, ciertamente.Me lo temía.Son jodidamente iguales, incluso hacen las mismas preguntas.Que tipas, como me gustan.
-Pues lo cierto es que…-no me da tiempo a contestar, Martina lo hace por mí.
-Mira Cristina, este chico no tiene donde ir…no tiene ni casa, ni dinero, ni trabajo.No te ofendas Christian, pero no tienes donde caerte muerto.-sonrio, tiene razón.-Pues había pensado que…-a ella tampoco le dá tiempo a acabar.
-¿Has venido aquí, sin nada, a buscarla a ella?.-pregunta sorprendida.Joder, ni que fuese un delincuente, ¿tan complicado es de entender que la quiero?
-Eh...creo que sí, vamos...esa era mi intención.
-De verdad, te lo juro, eres mi idolo chico...-me recrimina Cristina.
Sonrio.
-Me estoy convirtiendo en un heroe de masas, porque tu madre también me ha dicho algo parecido.-rompemos a reir.
-Bueno, Christian...¿qué te parece, si...-silencio,continua.- te vienes a vivir con nostostras? Sé que parece precipitado, que somos dos mujeres mas bien maduras, y que además tengo tres hijos... pero mejor que estar en hotel ¿no?
Dios, no puede ser, no puede ser.Porqué coño cuando piensas que todo el mundo es un desgraciado, que son todos unos hijos de puta que intentan amargarte la vida ¿aparece gente así? Me dan ganas de pedir perdón por todas las veces que me he cagado en la especie humana.
-Te lo agradezco mucho, de verdad.Y a tu madre también, creo que sois las unicas personas que se han preocupado por mí en mucho tiempo...pero me conoceís desde hace poco, poquísimo, ni si quiera 24 horas...Me parece arriesgado para vosotras
Cristina mira a su madre.Y vuelve a dedicarme una sonrisa.
-Mira Christian, tienes razón.No te conozco de nada, y mi madre te conoce desde hace siete horas, pero jamás había visto a mi madre tan entusiasmada con algo, de verdad, la haces feliz.Siento decepcionarte, pero...no me pareces un tipo peligroso.De verdad, es más, te voy a contar algo.Soy una amante de la literatura, y ultimamente, aquí en Nueva York, han tenido mucho exito los libros de un tal Federico Moccia ¿te suena?.-joder que si me suena, ese si que es un idolo de masas.-El caso esque siempre me han gustado sus historias, son preciosas, romanticas.Siempre pensé que eran falsas, mirame...me enamoré de un hombre, me casé con él, y tuve dos hijos, y de un dia a otro desapareció, entonces, deje de creer en el amor.Y tu historia...me ha devuelto la sonrisa, de verdad.No creo que seas una mala persona, una persona que sonrie, y tiene lágrimas en los ojos cuando nombra a una mujer, no puede ser una mala persona.-concluye.
-Gracias, Cristina..pero...
-Pero nada.Sé que esa chica existe, y también sé que aunque Nueva York sea una de las ciudades mas grandes del mundo, además de ello es la ciudad de los sueños.Y el tuyo, igual que el de muchos otros puede cumplirse.Y nosotras vamos a ayudarte.Vas a encontrarla, te lo aseguro.-sonrie.
Rompo a llorar, por una vez en mucho tiempo...Dios,estoy feliz.Lo he conseguido, he llegado hasta aquí, hasta Nueva York para encontrarla...y todo parece tener otro color.Al final la gente va a tener razón.Me miro en el espejo del baño.Estoy haciendo un monólogo, sí, pero que mas dá.Ellas me estan esperando en el hall, les he pedido que me dejasen ir al baño, estaba llorando, y no me gusta llorar en publico, y ahora, mírame estoy haciendo un monologo yo solo delante del espejo.El caso esque la gente tiene razón, que cuando consigues a alguien en quien confiar, las cosas parecen tomar otro rumbo.Sí, he decidido que esta va a ser mi historia, como la de tres metros sobre el cielo, pues igual.Sé que me queda mucho por delante, pero por alguna parte debería empezar…sí, será mejor que empiece ya.No voy a hacer un grafiti que ponga “Tu y yo a tres metros sobre el cielo”, pero sí, puedo empezar por escribir en el espejo:
“He vuelto a por ti, ya no nos separa nada, sólo unas cuantas calles.Voy a encontrarte.”
en serio te lo digo, que yo leo esta historia y me emociono toda
ResponderEliminares genial, y mucho más que eso