26 de diciembre de 2010

Vivir una vida llena de adrenalina.
Porque la felicidad la cual ocupa cada uno de los momentos de nuestra vida, es directamente proporcional a la intensidad con la que la vivimos.
No podemos sentarnos a esperar a que algo acelere las cosas, a que algo cambie  nuestras vidas.Si nos sentamos a esperar, pensando en el pasado, previniendo el futuro y olvidándonos de hoy, sólo conseguiremos que nuestra felicidad esté en unos niveles mínimos, en los que las sonrisas sólo serán parches contra la infelicidad.Porque la vida, es aquello que ocurre mientras tu tratas de hacer otra cosa.
Si vivimos al límite,  olvidándonos de lo que pasó ayer, aceptando que el pasado nunca vuelve, que lo único que realmente importa es el presente, si arriesgamos al máximo siempre, si no nos quedamos en casa, escondiéndonos bajo las sábanas, viviendo con miedo, evitando que nuestro aire se contamine con los malos sentimientos que abarrotan la sociedad...si salimos a buscar eso que llevamos buscando desde hace tiempo, si salimos luchando como leones,en busca del trofeo, esperando que nuestra vida cambie.
Luchando por no acabar sola, amargada, lamentándonos por no aver luchado todo lo que pudimos en su día.... entonces, y sólo entonces, nuestra felicidad alcanzará los niveles máximos en la historia de nuestra vida.
Porque algo aparecerá, tarde o temprano, algo aparecerá, y cambiará todo.Sólo tenemos que estar atentos, para no dejar escapar ese momento, nada más.



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