29 de septiembre de 2010

No existen verdades absolutas.


Jamás hablo de lo que es el principio y el final de una historia.El principio es una verdad a medias, que se puede contrastar con el método de la relatividad.Sólo existe un principio: el principio de una vida.Lo demás sólo son continuaciones de fases que no se han cerrado por completo, que siguen y siguen.Como una cadena que nunca se para.Como una cicatriz, que se queda allí, para recordarla cuando la ves.
El final también es una verdad a medias.Sólo existe un final: la muerte.Y la vida, no es más que el tiempo que nos sobra de la muerte.
Nunca hay final. Nunca.Muchas películas terminan con un "Fin".Pero eso es mentira, o la película tendrá mas partes futuras, o será editada en DVD y publicada en la televisión innumerables veces a lo largo de un mismo año.O en su defecto, la película quedará en la cabeza y en el corazón de los espectador que se han sentido identificados.Por ello, siento decepcionaros, pero el fin no existe.
El encargado de que el fin no exista es el destino.El destino juega con las probabilidades, da veinte mil vueltas alrededor de la tierra.Nos roza la cara.Se ríe de nosotros.Se vuelve a ir.Se choca con nosotros.Vuelve a desaparecer.Va a lugares desconocidos.Cambia de forma para que no lo reconozcamos.Nos sigue.Forma parte de nuestra sombra.Y vuelve.El destino siempre vuelve, y se encarga de hacer que esa cicatriz siga abierta, y continúe sangrando.El destino es quizá el sustantivo más abstracto e increíble que existe.Quizá nadie pueda demostrar que Dios existe, apesar de los numerosos escritos que se han encontrado.Pero lo que si puedo demostrar es que el destino existe.El destino es mi ángel de la guarda. Confió en el plenamente.Sé que nunca me hará daño.Aunque en un principio parezca que sí, que ha destrozado tu vida arrasando con todos tus sentimientos como un huracán, con el tiempo te das cuenta de que te ha salvado la vida.Por eso creo en el destino.Porque el destino se encargará de crear mis fases entre el principio, y el final.
Creo en el destino.Confio plenamente en él.Cuándo cierro los ojos en mitad de un día frío, y abro los ojos en forma de cruz, puedo escuchar como el destino, me susurra dulcemente un:
-Todo irá bien.Sólo confía en mi, y todo saldrá como desees.
Es en ese momento, cuando la sonrisa vuelve a mi cara.

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